domingo, 25 de agosto de 2013

Revoluciones

Estamos hechos de revoluciones continuas. Nada se mantiene igual, y todo cambia a cada instante. Curiosamente, en política, los que hablan de "revolución" son los que quieren que las cosas sigan igual de una forma obsesa y desesperada. A los enemigos de la revolución, los llaman "revisionistas", que no es otra cosa que la próxima ola: la nueva.

Lo mismo ocurre en nuestra vida sexual, pero al igual que en la política, existen fuerzas que quieren que todo siga igual. Nos sentimos forzados a seguir un modelo que no nos gusta, y peor aún, es el modelo con el cual no hace muchos años, meses o días, estábamos a favor.

Cambiamos de manera de pensar a un ritmo que puede ser rápido, pero para el orden de las cosas y lo grande que es el universo ese tiempo puede ser insignificante. En pocas palabras: eventos que podemos considerar importantes en nuestra vida en realidad no lo son tanto. Porque al fin y al cabo solo somos el centro de nuestro propio universo, no el de los demás. He ahí el dilema de nuestra carencia de poder para controlar las vidas de los demás. No se puede, y eso duele y mucho.





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