Queda mucho pan por rebanar para asegurar que en un futuro la señorita Kate Upton será recordada como se le recuerda a Marilyn Monroe. Aunque su belleza es matadora, impactante y perturbadora para mí, dudo que la recuerden como a la máxima diva de Hollywood fallecida en 1962. Los tiempos están para olvidar a bellezas exóticas como la de Upton, aunque sea en este momento una de las modelos más cotizadas. Las mujeres la envidian y la acusan de ser tetona y sin caderas. Los hombres quieren que ella sea la madre de sus hijos, o al menos intentar reproducirse con ella. Consentidamente, claro está. Nos atrae su belleza caucásica, sus pechos grandes, imponentes, aunque no voluminosos como los de otras modelos o actrices porno porque son naturales, y sobre todo esa pancita verdaderamente cómoda y sensible.
Disfrutémosla, que nunca se irá.